Algunos días los paso
leyendo una conferencia que habla
por ejemplo
de Swedenborg, de Chesterton,
de Poe. Luego entro aquí
y me gano la vida rodeado
de esta gente estúpida y vil,
pobre de mente y de espíritu,
que se mira los zapatos mutuamente
y bebe té a sorbitos
ruidosos y mezquinos
y hablan de la tele,
y se envidian y temen.
Inevitablemente me pregunto
sobre qué es realmente
la realidad.
Ellos, su sola existencia
(y eso es lo que no les perdono)
me revuelca en desprecio,
también hacia mi mismo.
A veces, la realidad nos pone en nuestro lugar.
ResponderEliminarMerecido o no.
Bien escrito.
Un abrazo.
asu fuerte.
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