Me dijeron ayer que es duro ser maestro, que pasas horas con los niños y que se mete luego uno al servicio y se siente frente al espejo intolerablemente viejo.
Debe ser duro, y pensé que buena parte de la responsabilidad sobre los altos índices de depresión entre el profesorado pueda ser debida precisamente a este sentirse uno más viejo, más cansado y con menos vida que aquellos de quienes se ve rodeado a diario.
Hoy no estoy muy escribidor...
Entonces, conviene darse una vuelta por el cementerio, de vez en cuando.
ResponderEliminarTendrìas que sentirte mejor!!!
Un abrazo.