jueves, 22 de julio de 2010

Serpiente

Esta mañana se nos ha colado una serpiente entre el material que habitualmente tratamos aquí. Trabajando donde trabajo (una prometedora empresa rebosante de profesionales jóvenes, ambiciosas y de escasos escrúpulos) podría sonar a figura retórica, pero no es el caso: esta era una serpiente real, bífida, ofidia, etcétera.
La serpiente no era muy grande, no mucho más gruesa que mi dedo gordo y como mi antebrazo de larga, más o menos. Nos ha llegado con unos palets procedentes del levante español. Uno de los chicos del almacén cuyo nombre desconocíamos todos hasta hoy se la ha encontrado al retirar una caja y, según nos contaba después, la serpiente le ha recibido tiesa, a la defensiva, emitiendo un amenazante bufido y lanzándose hacia él, sin llegar a alcanzarlo. Rápidamente ha corrido a avisar al encargado de turno antes de actuar. El responsable de turno discretamente le ha proporcionado un guante grueso, de esos que se utilizan para soldar, y le ha acompañado a cogerla. No sin riesgo consiguieron atraparla y encerrarla en un bote de cristal transparente que, una vez bien cerrado, fue paseado triunfalmente por los despachos para su exhibición pública. Por cómo lo ha ido contado, el muchacho sin duda ha experimentado una especie de aventura laboral sin precedentes en su vida.
La atracción del bote con la serpiente dentro ha sido el trofeo que ha permitido a nuestro héroe por un día recorrer las oficinas, un mundo habitualmente vedado para él, y alternar con nuestras chicas guapas y nuestros jefazos, en un ambiente aséptico y acondicionado. Las chicas y algunos de los chicos (yo incluido) hemos reaccionado al verla con una especie de escalofrío, la serpiente ha producido en la mayoría de nosotros una especie de malsana atracción. Las chicas más remilgadas se han estremecido, horrorizadas, alguna incluso ha ahogado en la garganta una especie de grito o gemido de pánico al encontrársela por sorpresa. A través de los agujeros de la tapa podían escucharse los bufidos del bicho.
Rodeado de estos politiqueos, de estas complicadas y frágiles arquitecturas con que nos movemos en sociedad, en familia, en el trabajo, la irrupción de la serpiente, una manifestación tan malvada y simple, ha supuesto aquí dentro una verdad intolerable. Al acercar el dedo la serpiente atacaba el cristal, movida por una agresividad sin pulir, auténtica, una actitud aberrante para los humanos. Qué mal comportamiento, menudo instinto tenía la serpiente, qué poca educación, qué gran ejemplo.
El chico me ha parecido encantador, por cierto, llevando la serpiente bajo el brazo no ha acusado la extrañeza de pasearse por un ambiente tan impropio de sus hábitos. Con el poder de la serpiente dominado y envasado apenas ha titubeado incluso al contacto de las muchachas más bonitas y de los jefes más arrogantes. Se ha granjeado el respeto de todos. De ahora en adelante lo saludaré siempre que lo vea por la nave, y sospecho que no seré el único.
Mirando luego en internet, por las fotos, he aprendido que la serpiente no es venenosa, que es agresiva, que se trata de una especie autóctona y protegida de la Comunidad Valenciana, y alguna otra minucia que no recuerdo. Alguien aquí ha propuesto quedarnos con ella metida en una urna.
Mi intención al empezar a escribir esto consistía en hacer una analogía entre la serpiente y nuestro aborrecible carácter (sí, sigo misántropo), pero después de escribir esto veo que sería una mascota poco representativa. La maldad de la serpiente es demasiado límpida para ser comparada con la humana.

Al chico de la nave le han quitado la custodia y al parecer han decidido entregársela a una organización que se encargue de ella.

Qué pena no saber colgar fotos aquí; era preciosa.

2 comentarios:

  1. Esto, con Steve Irwin, no pasaba.

    Si una serpiente me quiere morder, le doy con el lanzallamas.

    (salvo a la secretaria del dueño de la empresa, que serà serpiente, pero està fuerte.)

    Saludos

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  2. Jejeje vaya revuelo se ha tenido que montar en la oficina ehh!! Yo me lo imagino por aquí y tendríamos la excusa perfecta para escaquearnos del curro un buen rato. (seguramente vosotros habéis aprovechado esa oportunidad de oro)

    Yo te iba a decir, que los animales (salvo algunos) no son agresivos porque sí. Lo son cuando están asustados y/o para defenderse. Imaginate el mundo al revés, y que a ti te "capturan" unas serpientes 5 veces mas grandes que tu, y encima te meten en un bote de cristal. ¿Acaso no estarías agresivo y a la defensiva??

    Oye lo de como subir fotos lo puedes mirar aquí:

    http://www.atinachile.cl/content/view/3258/Guia-para-crear-tu-Blog-Personal-en-Blogger-Primera-Parte.html

    de todas formas te informo que hay muchas paginas que ayudan con estas cosas y que te resuelven muchas dudas, solo tienes que buscar en google.

    Un beso y buen día :)

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