Voy al dentista ahora. Al final he llamado para pedir cita, mareado de darle tantas vueltas.
Llevo años sin ir.
Preocupación. Preveo el dolor, el gasto, y ese feo momento en que uno abre la boca sumiso y el carnicero se inclina y se asoma y revisa. Preocupación por esas más que seguras malas noticias.
Un poco cansado.
Saludos.
Nada, dientes, dientes que es lo que les jode! Los dentintas no son tan malos...la anestesia es una maravilla! Ánimo.
ResponderEliminar1besico!
A mi tampoco me gusta ir.
ResponderEliminarPero jamàs irìa al proctòlogo! (eso debe ser peor.)
Un abrazo.
Yo tampoco voy porque me da un miedo horrible jajajajaja. Ya no es por el dolor, sino por tener a alguien hurgando en tu boca... no sé, a mí me entra una desesperación terrible!
ResponderEliminarEspero que te sea leve.
Un besico.
Mejor no comento nada.
ResponderEliminaryo también tengo que ir.
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