martes, 12 de julio de 2011

Carolina se pee

Hoy ha sucedido algo muy desagradable, francamente, en la oficina.
Hace un tiempo escribí en este blog sobre una bruja que tenemos aquí metida. En realidad son unas cuantas, pero solo de una no puedo desentederme. A propósito de la bruja, de sus maldades sin castigo me permití aquí una defensa de la Santa Inquisición.
Pero bueno. Voy al grano.
A esta bruja, que llamaré Carolina, recientemente la han ascendido mis jefes. La han puesto más o menos para que nos controle y se chive de cualquier conducta poco profesional que perciba en el despacho. Tiene autoridad incluso para mandarnos callar. Sin perjuicio de la indignación y el estupor que su nombramiento ha provocado aquí dentro, yo veo que es una astuta maniobra de mis jefes para asegurarse de que el personal no se desmadre cuando ellos se ausentan, cosa que hacen cada vez más a menudo. Y hay que ser justos y reconocer que este régimen de Terror que han instaurado funciona de maravilla, porque Carolina no nos deja hablar ni para preguntarnos por películas o hijos aquí dentro. Todo el mundo la odia, algunos con verdadera pasión, y recuerda uno a menudo cuando advierte cómo los demás la miran de reojo aquella frase de Hector del Mar, que hay mucha gente que sigue viva solo porque el asesinato es ilegal. Como era de esperar a Carolina se le ha subido además a la cabeza el ascenso, y si es de un natural rancio y estirado ahora llega a resultar incluso cómica en su papel. A mi me hace gracia, vamos, a los demás en mi trabajo no les hace ninguna.
Tiene 39 años y es virgen. Nunca ha tenido novio.

Bueno solamente quería poner en precedentes para situarnos un poco en la desagradable anécdota sucedida hoy y es que, estando ella y yo solos en el despacho, rodeados de un silencio sepulcral, de lo más profesional, Carolina se ha ido a levantar a dejar una carpeta y se le ha escapado un pedo, un pedo un poco mortecino, lento y líquido. Ella ha hecho como si nada por si pudiera haber pasado desapercibido, pero yo me he quedado mirándola por encima de las gafas y paladeando la ocasión que se me ofrecía la he dicho en voz baja, muy en serio, "bravo, Carolina".
Despierta en uno hasta cierta simpatía escuchar el pedo de alguien que por lo demás se comporta como si no tuviese ano. Lo humillante para los dos ha venido unos segundos después, cuando se ha extendido por el despacho un olor nauseabundo. A menudo empleamos palabras cuyo significado solamente sospechamos, puede explicársenos qué significa un adjetivo o un sustantivo, pero nunca lo llenaremos de sentido hasta experimentarlo. A mi me ocurrió hace unos meses esto mismo con la palabra "desgarro" que utilizó una compañera para describir el parto de su hija. Dijo que en el momento de salir la niña sintió un "desgarro interior" y yo entonces al escucharla y ver su gesto me estremecí, comprendí que no podía entender qué es realmente esa palabra si no ha tenido nunca un desgarro. Para mi compañera parturienta la palabra desgarro está llena de vida y sentido, para mi que no me he desgarrado nunca es solamente una abstracción, un concepto vacío de contenido, o lleno solamente de más conceptos.
Pues bien, la palabra nauseabundo se ha llenado de significado para mi esta mañana. La situación ha perdido toda su gracia cuando he tenido que abrir malhumorado las ventanas delante de ella (que seguía haciendo como si nada).

Saludos.

(me he informado antes de terminar el post acerca de la composición de los pedos. El olor de los pedos proviene de pequeñas cantidades de sulfuro de hidrógeno, metilmercaptano, escatol y azufre. Gas metano, etano y butano nada menos. Me inclino a pensar que el pedo de Carolina, dada su naturaleza diabólica, contenía altos porcentajes de azufre sobre todo. Así que he inhalado los gases producidos por sus bacterias intestinales, los vapores de su digestión. De verdad, qué asco)

9 comentarios:

  1. Y lo peor, es que profundizan el calentamiento global!!

    Sì, el metano se acumula en la atmosfera y hace "efecto invernadero".

    Tendràs que decirle a esa pobre bruja que la vas a denunciar ante Greenpeace.

    Un abrazo.

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  2. Supongo que en infierno debe haber un hedor parecido, así que pórtate bien de ahora en adelante no vaya a ser que tengas que permanecer toda la eternidad en una nube de gases de la Carolina. Me ha divertido mucho está historia, aunque lo siento por ti...bico

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  3. jajajajajajaja! Me has hecho reir mucho. ¡Lo que puede lograr un pedo! Hay que denunciarla a los Organismos Internacionales que defienden el Medio Ambiente.Carolina está atentando contra la Madre Natura. jajajajajaajaj.

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  4. Joer con el peo de la tía! Esa abusadora de menores!!!, de veredad!, eh? Te lo juro que a mí tampoco me haría gracias la desgraciada. jajajajaaja.

    Me ha encantado leerte. Gracias por tu comentario en casa de Jean, soy muy asidua a ese blog.

    Un abrazo fuerte.

    Andri

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  5. encima que tiene que soportar la indiferencia de sus compañeros de curro, la estupidez que tiene encima y su virginidad, ahora los peos.

    si es que la tipa al final... no creo que sea muy feliz que digamos.

    Y encima podrida...es que...
    tu, abre las ventanas, mejor.

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  6. Otro motivo mas contra Carolina, ¿como seran los pedos de una bruja? Que asco. Saludos

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  7. como fuiste del pedo al parto y del parto al pedo es conmovedora.

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  8. Hola Gaucho, a esa pobre bruja habría que llevarla (yo insisto) a la Santa Inquisición, serían más justos con ella que Greenpeace.

    Y a ti Verónica gracias por tu comentario (me fastidia no poder dejártelos yo a ti) y por tu visión del infierno. Me impulsará a portarme bien en adelante.
    Sigue escribiendo y publicando como lo haces, con ese chorro de palabras.
    Un beso.

    Alma, gracias. Carolina atenta contra casi todo lo que la rodea..

    Andri, gracias también a ti... esperaremos a próximas entregas de Jean y coincidiremos por allí, imagino.

    Veronika un saludo. Tienes una página con poesía maravillosa.

    Hola Francisco, los pedos de una bruja son sulfúricos, asquerosos. No los pruebes si puedes evitarlo. Gracias por pasarte.
    Un saludo.

    Y Familiarizada, me encantó tu página. Lástima no tener mucho tiempo para esto porque se encuentra con sorpresas maravillosas.
    un saludo.

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  9. ¡Bravo JOSÉ ANTONIO! un relato verdaderamente humorístico, escatológico sí; pero ¿porqué este aspecto de la vida no podría formar parte del humor?
    Lo de: "Bravo ESTEFANÍA" me ha parecido genial, en contraste con la supuesta indiferencia con que la moza encaró el accidente intestinal
    Llegado el momento de la peste (es lógico que Ud. no hubiera podido pensar con claridad), lo suyo hubiera sido catar el aire como un pedólogo y preguntar: ¿Ramsés?; ¿Akenatón?

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