lunes, 26 de julio de 2010

Reavivado

Dispongo de un paradójico mecanismo interno que, cuando la cosa se pone mal, salta. Creo que es se trata de un sistema de autodefensa, de supervivencia emocional, aunque no puedo estar seguro.

Situémonos: la cosa se pone mal (las cosas se ponen mal no a veces, sino muy a menudo), y entonces paso unos días desolado, triste, abatido y sin esperanza ninguna, bastante mal. En estos días suelo sentirme muy solo, en efecto lo estoy. La crisis es total, la oscuridad (una oscuridad ciertamente gris) lo invade todo, no leo, no escribo, fumo mucho, juego a la Playstation solo en casa, apago el teléfono. Estos periodos oscuros suelen durar un par de días, tres a lo sumo. Los padezco una, como mucho dos veces al año, y siempre llegan después de una decepción enorme que fue precedida de una resplandeciente esperanza, ya marchita.

Otros periodos oscuros no son tan graves, en estos otros me dejo arrastrar por un suave y llevadero pesimismo que resulta casi seductor, como una mujer fatal. Es completamente negro. En estos periodos no tan graves leo compulsivamente y fumo mucho, aunque no escribo, y generalmente mantengo el móvil apagado para evitar sobresaltos y regodearme de paso en mi a todas luces inmerecida soledad. Mi ánimo es descaradamente misántropo en estos días y hasta me molesta recibir un mensaje cuando enciendo el mócil. Paso así una semana al mes, más o menos. Soy consciente de que estas etapas son algo estructural en mi, una avería irreparable en mi carácter.

Bueno, a lo que iba. Tanto del primer tipo de hundimiento (el del gris desolador del que solo espero que pase el tiempo jugando a la Play) como del segundo (la negra, activa y misántropa reclusión interior y exterior) emerjo de la misma manera al exterior. Es como un método, diseñado por un demonio interno, pero método después de todo. El mecanismo que se dispara en mi interior ante estas emergencias que padezco consiste en ese sabio y sano grano de locura necesario. Llego al trabajo, como he llegado hoy, transformado en un irreverente gilipollas al que todo le importa un bledo, digo lo que me parece consciente de que no hay mucho que perder y no sé por qué, de pronto, después de algunos días, vuelvo a miro a la gente a los ojos, bien dentro de los ojos.

Los efectos, la mejora, la vuelta al mundo no se hace esperar. Tarda apenas unos minutos.
A diferencia de las caidas, que suelen ser paulatinas como la razón pensante, mis restablecimientos se consuman en solo una mañana y son momentáneos, como un fogonazo.

5 comentarios:

  1. Pero estàs bien.

    Yo, ultimamente, estoy tentado de subirme a un edificio armado con un fusil.

    O convertirme en "asesino serial de polìticos".

    Cada vez, tengo menos paciencia.

    Un abrazo.

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  2. Todos pasamos por momentos como esos, las mujeres en general una vez al mes. Ya sabes, el sindrome premenstrual. Los hombres no lo padeceis tal cual, pero sería muy presuntuoso pensar que porque no tener regla, no tengáis ciclos hormonales y que también tengais sindromes, de hecho creo recordar que algo he leído al respecto.

    Luego hay personas a las que les afecta mucho más que a otras porque son mas sensibles y todo les afecta el doble, son personas que viven intensamente todo, tanto lo bueno como lo malo.

    No te preocupes, no te estás volviendo loco poco a poco, ni te convertirás en ermitaño. Llega el momento en el que ya te acostumbras y bueno, lo mejor de todo, es que sabes que en unos días volverás a ser como antes.

    Un besazo!

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  3. Como siempre muchas gracias a los dos. No, no estoy loco de continuo. Luego vuelvo a la realidad y me hago de nuevo conservador, temeroso, me acomodo hasta que todo vuelve a corromperse. Entonces enloquezco, renuevo, y vuelta a empezar.

    Gaucho, por cierto... macho... hay que tener paciencia, hombre. ¿No crees en dios? O dicho de otro modo, ¿no te parece que lo que ocurre es de alguna retorcida manera "necesario"?

    Un abrazo a los dos.

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  4. Si creo en Dios. Y creo que Cristo Salva.

    Pero a veces, un poco de ayuda, un tiro desde el lado de la justicia, no vendrìa mal.

    saludos

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  5. no sé allí, aquí decimos a esto tuyo a Dios rogando y con el mazo dando, no?

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