jueves, 29 de julio de 2010

Lola

Se pone uno contento cuando le surge una cita inesperada. Ocurrió anoche que, asistiendo a un concierto de jazz en Lavapiés, conocí a una chica, una mujer morena, de ojos negrísimos que, aunque nada tenga que ver con su verdadero nombre, llamaré Lola.
Como de costumbre los mejores deseos para mi: ojalá hable mucho de ella en adelante.
Lola es morena, morenaza, españolaza de ojos negros. Cuando la vi anoche yo, que ni de chaval entraba a las muchachas en los bares, que nunca en mi vida lo he hecho (alguna vez, quizá, muy borracho, con lamentables resultados), me fui para su mesa y le confesé un poco nervioso que me tenía fascinado, literalmente. Era verdad. Me dijo al rato que le caí en gracia por mi audacia, presentarme ahí ante ella y soltarle eso así de sopetón, estando sentada con un tío. Pero yo contaba ya con que ese tio no era nada suyo, incluso deduje por algún signo invisible que se trataba de un homosexual amigo de ella. Acerté a medias: era homosexual, pero era su hermano.
Hablé con Lola casi a solas porque su hermano, muy discretamente se retiró un poco de la mesa y de la conversación. Lola no tiene una gran cultura ni elevados ideales, pero tiene esa inteligencia práctica, vivaz, que distingue a las mujeres. Me fastidia un poco no poder hablar con ella de Lipovetsky
Me gustó Lola nada más empezar a hablar con ella. Teniendo que trabajar hoy no tuvimos tiempo para mucho. Cogí el último tren para Getafe y ella cogió el coche para Alcalá de Henares. Hoy estoy destrozado de cansancio, pero más feliz que unas castañuelas. Me comprometí con ella a hacerla un recorrido turístico por Getafe este fin de semana.
Esta mañana me ha puesto un sms diciéndome que tiene ganas de quedar conmigo (¡toma ya!), y que caí bien a su hermano, que le parecí un buen tipo. Esa aprobación de su hermano, no sé por qué, me la he tomado como una aceptación de Lola en su vida.
Este fin de semana, pues, me afeitaré para la cita, me pondré la camisa oscura, dormiré todo lo que pueda e intentaré ligármela, literalmente, porque me encanta.

3 comentarios:

  1. Bueno, eso se llama "estrategia para llegar hasta el bicho raro con faldas", de la cual, modestamente, he escrito màs de un libro.

    1) Hazte el "seguro". (les gusta)
    2) hazte el "fràgil" (tambièn ls gusta)
    3) recita un poema (con cara de "perro perdido")
    4) Muestra una billetera de proporciones (si ne qua non)


    Y listo, asunto terminado.

    Un abrazo.

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  2. Muchas gracias por tus sabios consejos, Gaucho (dicho sea lo de sabios sin un asomo de ironía). Estoy completamente de acuerdo contigo.
    ¿Qué libros son esos? ¿Están editados?

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  3. Lo de la cartera llena de dinero sobra. Si le has gustado "de verdad" eso le debe de dar igual ;)

    Sabes? A mi John C. (que debe de ser tu gemelo, americano o algo así, porque os llamáis igual jajaja) me conquistó también así, sin esperarlo, se lanzó y eso me gustó mucho ;)

    Lo del poema, bueno si, pero espera unos días, después de unas citas es como menos cortante. Hazla reír, nos encanta. Pero sobre todo Juan, sé tu mismo, nada de disfraces esta vez ehh! ;)

    Y mucha suerte!!! ^_^

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